El ser humano lleva escrito en los genes la tendencia a la superficialidad como criterio principal a la hora de elegir sobre lo que le gusta o lo que le llama la atención positivamente. Sin embargo, hay una minoría que realmente es capaz de ver la belleza en algo que para otra persona es totalmente irrelevante.
Este aspecto de las personas también es bastante influyente en algo tan complejo y a veces tan incomprensible como el amor. Todos o la inmensa mayoría buscamos la pareja perfecta centrándonos en aquellos aspectos de los cuales carecemos, es decir, tratamos de encontrar a una persona como nosotros e incluso mejor pasando por alto lo realmente bonito de la imperfección. Está demostrado que cuando buscas esa persona ideal que todo el mundo ansía...normalmente fracasas una y otra vez. Por el contrario si realmente deseas encontrar el amor verdadero debes dejarte llevar, disfrutar de esa persona sin pensar en si es tu prototipo o no, simplemente observando lo increíble de ser diferentes, lo bonito que es enamorarse de una persona imperfecta y ser capaz de ver a esa persona como si fuera un ser superior... solo cuando pasamos por alto esos defectos que nosotros mismos también tenemos, realmente en ese momento podrás amar verdaderamente y ser correspondido. Solo cuando eres capaz de vivir una experiencia así, te das cuenta que la belleza no reside en la complejidad sino en los pequeños detalles y la simpleza de las cosas. Eso es lo que nos distingue y nos hace ser la raza dominante de este mundo la capacidad para disfrutar de estas maravillas que muchos otros ignoran.
